30.12.05

2oo6

Echado sobre la funda nórdica, descalzo, incorporando levemente la cabeza sobre las manos entrelazadas a modo de almohada; son las 17:30 y comienzan a bailar los dedos de Mertens sobre las teclas del piano —Kaf, 22 minutos lingüísticamente fútiles y musicalmente pletóricos—. A través del ventanal veo el azul crepuscular mezclado con los destellos eléctricos de la avenida y sus edificios, todo moviéndose, todo agitado, productiva y útil ciudad, hervidero… el cocido está listo pero creo que este próximo año voy a intentar seguir sin apetito, os regalo mi ración de sopa, prefiero quedarme aquí tendido, vigilando el sube–baja respiratorio de mi estómago y escuchando los acordes de una lengua absurda. Feliz año nuevo a todos.

5.12.05

Roma / Armarios Húmedos / Trayectorias

I - Roma Escapada fugaz a la ciudad eterna (C, Z, C, E, T, M, D y Yo). Secuencia: Noche Trastevere, Mañana Foro-Capitolio-pNavona, Tarde Sanpedro-pEspaña, Noche Trastevere. Fin del Trayecto. Resumido:

Nota Puede que sí, que "se vendan" mejor (opina P)... pero no hay manera de disfutrar alrededor de una mesa como lo podemos hacer en nuestra iberia desmembrada, eternamente amenazada por masonerías varias, estalinistas malos de cojones y rojos asesinos venidos de las estepas siverianas a matar curas llevándoselos de putas (homenaje, esto último, a FJL y sus "indescriptibles" mañanas en la Cope). Vamos, que ni rozando el tope romano ( Antica Pesa ) dan la talla los etruscos de los huevos. Al menos, allí dejaban fumar por mucho que "uccide" el Marlboro y compañía.

II - Armarios Húmedos Si es que soy muy susceptible yo pa'estas cosas de los olores... en fin, E, que me he currado un pequeño pictograma recogiendo tu comentario de la cena "por los pelos" del otro día... Espero te guste.

No obstante, para que veas que no te guardo rencor ninguno ("cangondiós! a armario húmedo!... pero, ¿habrá algo peor?") te linqueo aquí lo de los animalitos mecánicos que te comentaba justo antes de que analizases, con tanto acierto, los efluvios aromáticos de mi anorac estilo cargo (rollito mod pretendía y al final ya ves: capitán pescanova... juas!)

III - Trayectorias Carambola a tres bandas que, gráficamente, no tiene desperdicio... respecto a todo lo demás juzgad quienes la recorráis, que yo para ciertas cosas soy un discapacitado, un minusválido, un diletante de mierda o cómo demonios quiera decirse. Para empezar, la güeb de los microbianos porque "un día es un día" y, estando en la fase chinitas/surcoreanas (Gang Hye-jung) que estoy, me ha encantado su "China Girl" (ilustración 016); además, desde esta página te puedes desparramar por los trabajos publicitarios de cocoe que lucen lo suyo. Segundo bandazo contra la obra maestra de narcographicants cuyo clic en entrar equivale a meterse en vena el mejor de los chutes y pasar del tonteo con "esta droga" a la conversión en un irreversible yonqui. Como dice Puño: "a este tío deberían cortarle las manos". Yo ya no me atrevo a dibujar más. Último golpe hacia un gracioso proyector de diapos que (ay! nostalgia) me recuerda aquellas vehementes defensas de p.f.c. y las clases "de apoyo" que el padre de D nos preparó sobre arte moderno y contemporáneo (lo mejor: los ronazos que nos metíamos mientras la bombillita escupía un malevich contra la pared). Dios, y pasaomañana es mi cumpleaños.

27.9.05

Varias Trayectorias

Ante todo: Conquesiejque! (diosbendito*, luego dicen que el árabe es muy jodido de aprender y que si no lo mamas jamás lo pillas bien... en fin, un saludo a "M" y a "G" que dominan la críptica lengua murciana llena de riqueza, matices y neologismos inverosímiles).
*diosbendito podría tratarse de Cortázar… pero va a ser que no. Sorry “D”
A) Curioso el paseo por la tierra (cuaderno) de los hombresgrises. Aporto, de hecho, mi homegris aquí para escarnio de "D" (a.k.a. "G") que sufre accesos insanos de no sé qué cada vez que inserto un dibujín propio. Por cierto: ¿¿¿pero qué le has hecho al flyer de mi blog peaso de salvaje lavapiesense??? [ Retiro el "sorry" anterior ].

"homegris" (2005) Mox

B) Entre los amigos del Sr. García (última aportación a mis derivas) me he encontrado las E-diciones Peo (saludos "C") entre las que habita un desalmado cabrón que dibuja de lujo y al tiempo despliega una socarronería que debería ser materia obligada en los colegios. Algún caritativo espíritu, siervo directo del hermano malo de satán, se ha preocupado de traducirnos alguno de sus magistrales destarifos procedentes desde The Perry Bible Fellowship. Un abrazo cariñoso y pleno de admiración, mi querido Nicholas Gurewitch. Por si falla el link (que lo pruebo por primera vez en este posteo) adjunto esta lindeza...

...lo dicho: Un Crack!

18.9.05

Una de Almogávares

De ese centenario se ha hablado poco, pues nadie puede hacerse fotos a su costa. Hace setecientos años justos, además de salvar el imperio bizantino del avance turco, los almogávares arrasaron Grecia. Fue un episodio sólo comparable a la conquista de América por bandas de aventureros sin nada que perder salvo el pellejo –que se cotizaba a la baja– y con todo por ganar si salían vivos. Pero en esta España donde los libros escolares no los determina la memoria, sino el pesebre donde trinca tanto sinvergüenza periférico y central, esas historias han sido eliminadas, o manipuladas en beneficio de los golfos que organizan el negocio en plazos de cuatro años: los que van de una urna a otra. El resto importa un carajo. De los almogávares, como de lo demás, no se acuerda casi nadie. Eran políticamente incorrectos. Madrugando el siglo XIV, el emperador de Bizancio pidió ayuda para frenar el avance de los turcos, y la corona de Aragón envió sus temibles Compañías Catalanas. Lo hizo para quitárselas de encima. Estaban integradas por almogávares: mercenarios endurecidos en las guerras de la Reconquista y en el sur de Italia. Sus oficiales, de mayoría catalana, eran también aragoneses, navarros, valencianos y mallorquines. En cuanto a la tropa, el núcleo principal procedía de las montañas de Aragón y Cataluña; pero las relaciones mencionan apellidos de Granada, Navarra, Asturias y Galicia. Feroces y rápidos, armados con equipo ligero, combatían a pie en orden abierto, con extrema crueldad, y entraban en combate bajo la señera cuatribarrada de Aragón. Sus gritos de guerra eran Aragón, Aragón, y el terrible, legendario, Desperta, ferro. La historia es larga, tremenda, difícil de resumir. Seis mil quinientos almogávares recién desembarcados en Grecia destrozaron a fuerzas turcas muy superiores, matando en la primera batalla a trece mil enemigos, sin dejar con vida –eran tiempos ajenos al talante, al buen rollito y al diálogo entre civilizaciones– a ningún varón mayor de diez años. En la segunda vuelta, de veinte mil turcos sólo escaparon mil quinientos. Y, tras escaramuzas menores, en una tercera escabechina los almogávares se cepillaron a dieciocho mil más. Eran letales como guadañas. Además, entre batalla y batalla –españoles a fin de cuentas– pasaban el rato apuñalándose entre sí por disputas internas, o despachando a terceros en plan chulito, como los tres mil genoveses a los que por un quítame allá esas pajas acuchillaron en Constantinopla, durante una especie de botellón que terminó como el rosario de la aurora. A esas alturas, claro, el emperador Andrónico II se preguntaba, con los huevos por corbata, si había hecho bien contratando a semejantes bestias. Así que su hijo Miguel invitó a cenar a Roger de Flor, que era el jefe, y a los postres hizo que mercenarios alanos los degollaran a él y a un centenar largo de oficiales. Fue el 4 de abril de 1305. Después de aquello los griegos creyeron que la tropa almogávar, sin jefes, pediría cuartel. Pero eso era desconocer al personal. Cuando apareció el inmenso ejército bizantino para someterlos, aquellos matarifes oyeron misa y comulgaron. Luego gritaron: Desperta ferro, Aragón, Aragón, y se lanzaron contra el enemigo, pasándose por la piedra a veintiséis mil bizantinos en un abrir y cerrar de ojos. Lo cuenta Ramón Muntaner, que estuvo allí: no se alzaba mano para herir que no diera en carne. No quedó sólo en eso. Enterados los almogávares de que nueve mil mercenarios alanos –los que aliñaron a Roger de Flor– volvían a su tierra licenciados y con familia, les salieron al paso, hicieron picadillo a ocho mil setecientos y se quedaron con sus mujeres. Después, durante una larga temporada y pese a estar rodeados de enemigos, se pasearon por Grecia saqueando y arrasando, por la patilla, cuanto se les puso por delante. Fue la famosa venganza catalana. Y cuando no quedó nada por robar o quemar, fundaron los ducados de Atenas y Neopatría: estados catalano-aragoneses leales al rey de Aragón, que aguantaron durante tres generaciones hasta que con el tiempo, el sedentarismo y el confort, se fueron amariconando –hijo caballero, nieto pordiosero– y quedaron engullidos, como el resto de Grecia, por la creciente marea turca que había de culminar con la caída de Constantinopla. Y ésa, colorín colorado, es la historia de los almogávares. Admitan que es una buena historia. Vive Dios.
El Semanal nº 862 (2004) A. Pérez-Reverte

12.9.05

Pupilas, Metamorfosis y “Listerine Mentol”

Recomienda "Oli" —Parte I— (…) La vida es un largo embrutecimiento. La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas; poco a poco nos aprisiona en la sintaxis, el diccionario; los mosquitos pueden volar tocando la corneta, carecemos del coraje de llamarlos arcángeles, y cuando deseamos viajar nos dirigimos a una agencia de vapores en vez de metamorfosear una silla en un trasatlántico (…)
“Membretes” (1932) Oliverio Girondo
¡Conseguido! —Parte II—
No ha sido por los enjuagues. El color de mi lengua se debe al fantástico besotornillo que me ha dado una venusiana color celeste hace cinco minutos —durante quince— en el cuarto de baño. ¿Volverá?
“Listerine Mentol” (2005) Mox

3.9.05

El “Perro Celestial”

No puede saberse lo que un hombre debe perder por tener el valor de pisotear todas las convenciones, no puede saberse lo que Diógenes ha perdido por llegar a ser el hombre que se lo permite todo, que ha traducido en actos sus pensamientos más íntimos con una insolencia sobrenatural como lo haría un dios del conocimiento, a la vez libidinoso y puro. Nadie fue más franco; caso límite de sinceridad y lucidez al mismo tiempo que ejemplo de lo que podríamos llegar a ser si la educación y la hipocresía no refrenasen nuestros deseos y nuestros gestos. «Un día un hombre le hizo entrar en una casa ricamente amueblada y le dijo: “Sobre todo no escupas en el suelo”. Diógenes, que tenía ganas de escupir, le lanzó el lapo a la cara, gritándole que era el único sitio sucio que había encontrado para poder hacerlo.» (Diógenes Laercio). ¿Quién, después de haber sido recibido por un rico, no ha lamentado no disponer de océanos de saliva para verterlos sobre todos los propietarios de la tierra? Y, ¿quién no ha vuelto a tragarse su pequeño escupitinajo por miedo a lanzarlo a la cara de un ladrón respetado y barrigón? Somos todos ridícularmente prudentes y tímidos: el cinismo no se aprende en la escuela. El orgullo, tampoco. «Menipo, en su libro titulado “La virtud de Diógenes”, cuenta que fue hecho prisionero y vendido y que le preguntaron qué sabía hacer. Respondió: “Mandar”, y gritó al heraldo: “Pregunta quién quiere comprar un amo”».
El hombre que se enfrentaba con Alejandro y con Platón, que se masturbaba en la plaza pública, el hombre del célebre tonel y de la famosa linterna, y que en su juventud fue falsificador de moneda (¿hay dignidad más hermosa para un cínico?), ¿qué experiencia debió tener de sus semejantes? Ciertamente la de de todos nosotros, pero con la diferencia de que el hombre fue el único tema de su reflexión y de su desprecio. Sin sufrir las falsificaciones de ninguna moral ni de ninguna metafísica, se dedicó a desnudarle para mostrárnosle más despojado y más abominable que lo hicieron las comedias y los apocalipsis. «Sócrates enloquecido», le llamaba Platón. «Sócrates sincero», así debía haberle llamado. Sócrates renunciando al Bien, a las fórmulas y a la Ciudad, convertido al fin en psicólogo únicamente. Pero Sócrates —incluso sublime— es aún convencional; permanece siendo maestro, modelo edifi-cante. Sólo Diógenes no propone nada; el fondo de su actitud y la esencia del cinismo, está determinado por un horror testicular del ridículo de ser hombre. El pensador que reflexiona sin ilusión sobre la realidad humana, si quiere permanecer en el interior del mundo y elimina la mística como escapatoria, desemboca en una visión en la que se mezclan la sabiduría, la amargura y la farsa; y, si escoge la plaza pública como espacio de su soledad, despliega su facundia burlándose de sus «semejantes» o paseando su asco, asco que hoy, con el cristianismo y la policía, no podríamos ya permitirnos. Dos mil años de sermones y de códigos han edulcorado nuestra hiel; por otra parte, en un mundo con prisas, ¿quién se detendría para responder a nuestras insolencias o para deleitarse con nuestros ladridos? Que el mayor conocedor de los humanos haya sido motejado de perro prueba que en ninguna época el hombre ha tenido el valor de aceptar su verdadera imagen y que siempre ha reprobado las verdades sin miramientos. Diógenes ha sumprimido en él la fachenda. ¡Qué monstruo a los ojos de los otros! Para tener un lugar honorable en la filosofía, hay que ser comediante, respetar el juego de las ideas y excitarse con falsos problemas. En ningún caso el hombre tal cual es debe ser vuestra tarea. Siempre según Diógenes Laercio: «En los juegos olímpicos, habiendo proclamado el heraldo: ‘Dioxipo ha vencido a los hombres’, Diógenes respondió: ‘Sólo ha vencido a esclavos, los hombres son asunto mío’.» Y, en efecto, los venció como ningún otro, con armas más temibles que las de los conquistadores; él, que no poseía más que una alforja, el menos propietario de los mendigos, ver-dadero santo de la risotada. Tenemos que agradecer el azar que le hizo nacer antes de la llegada de la Cruz. ¿Quién sabe si, injertada en su desapego, una malsana tentación de aventura extrahumana le hubiera inducido a llegar a ser un asceta cualquiera, canonizado más tarde y perdido en la masa de los bienaventurados y del calendario? Entonces en cuando se hubiera vuelto loco, él, el ser más profundamente normal, porque estaba alejado de toda enseñanza y toda doctrina. Fue el único que nos reveló el rostro repugnante del hombre. Los méritos del cinismo fueron empañados y pisoteados por una religión enemiga de la evidencia. Pero ha llegado el momento de oponer a las verdades del Hijo de Dios las de este «Perro Celestial», como le llamó un poeta de su tiempo.
"Breviario de Podredumbre" (1949) E. M. Cioran

26.8.05

Deicidio

Intransitivo...
...como suicidio.
Una Voz
“Vengo de morirme, no de haber nacido. De haber nacido me voy”
"Voces" A. Porchia

17.8.05

Poemas ( 2002-2004 )

Intro Cena con C., E., G. y C. Hemos estado hablando de 1,000 cosas; entre ellas lo de que he retomado mi blog... en fin, que C., habiéndole comentado que escondo algunos poemillas por ahí, considera oportuno que en vez de dedicarme exclusivamente a trasladar textos "alegría de la huerta" desde mis sagradas escrituras al blog, podría postearlos. No sé si será por los efectos del Yllera peleón pero he decidido que los meto en el blog. Doce poemas escritos entre julio de 2,002 y diciembre de 2,004. Escueta producción, sí, lo normal para un escueto poeta. [ 13 de julio de 2,002 ] 1) La hoquedad de la vida está llena de cadáveres. 2) Cómo giran las moscas alrededor de los jirones podridos de la existencia. 3) "Los pájaros y mi árbol" Qué poco duraron los alegres pájaros en mi árbol muerto. De su ramaje seco y desprovisto de latido prestos partieron hacia el frescor de la merecida frondosidad. Quedando únicamente la tarea de proyectar una raquítica sombra sobre mi desierto. 4) Mi sonrisa: mueca ridícula de un llanto eterno y oculto. Lo lamento todo, tanto. [ 18 de julio de 2,002 ] 5) El alma humana es el infierno. La condena ineludible. [ diciembre, 2002 ] 6) Un día, roto de pena, te sientes poeta... y te callas el pulso. Te atrapa una ráfaga de vida y te revuelcas feliz, como un cerdo glotón y putero, relinchando la nada. 7) Qué alegre tristeza tras avandonar la ciénaga traidora de la triste alegría. 8) Aún me acuerdo a veces. Ya no siento nunca. [ febrero de 2,004 ] 9) Qué suave tu piel, papiro de mis risas. 10) Diástole sísmica, sístole díscola, ¿qué temblor derrumba ahora mi pecho? [ 15 de febrero de 2,004 ] 11) Lástima de pulso sin objeto. Intenciones sin deseo. 12) Qué insoportable vitalidad en esta espera... con la mirada lanzada a través de todos los horizontes como un proyectil de fuego, y de mierda. ( * ) : Son "alegría de la huerta" total... pero qué se le va a hacer... corrían malos tiempos por el tradós de mi esternón.

13.8.05

Collage + Tres "Imbecilidades"

"HumanBeast" ( Bebé, Pitbull, Celia Forner y un ojo de no recuerdo quién )

Tres "Imbecilidades" 1) “para Simona, que me enseñó a pronunciar Cioran en rumano” Las putas son el sexo sin paisaje, la nieve sin montaña, el agua sin fuente, la usura del cuerpo sin los números rojos del corazón. Las putas siempre están disponibles, cada noche son diferentes, no tienen ni mañana ni ayer, siempre dicen que sí, siempre les gusta lo que a ti te gusta; aunque acabes de conocerlas siempre te encuentran más guapo que nunca, y, naturalmente, tu polla es la más larga, rechoncha y simpática de la masculinidad entera. 2) “para la Conferencia Episcopal y para los Salvapatrias de Arriba, Abajo, Aquí y Allá” Yo de pequeño también era nacionalista y católico, como se es nacionalista y católico cuando aún no se ha aprendido a pensar. Luego a los dogmas los sustituyen las ideas, luego las banderas se cambian por billetes de avión y, oh, qué maravilloso es el mundo entero; y el dolor de Cristo crucificado pronto es destituido de nuestros peores miedos cuando viene Yolanda con su modo de quitarse el sujetador ya encima nuestro, y el paraíso es su culo que cogemos fuerte con las manos. 3) “para los Directores Generales, Gerentes y Altos Ejecutivos… triunfadores serviles del redil” Cuando el dinero sirve para algo más que para pagar recibos de la luz o botellas de champán, hay que empezar a temblar.

Retales del “Libro de los Imbéciles” (1999) Salvador Sostres

Araña

Acabo de descubrir, encendiendo la luz al entrar en mi habitación, que habita una pequeña araña tras la estantería en la que amontono mis lecturas. La he pillado por los pelos, metiéndose presurosa tras los libros... huyendo de la luz. Creo que desde este momento puedo afirmar que las arañas saben leer.

5.1.05

"Criatura"

En el desierto vi una criatura, desnuda, bestial, quien, agazapada sobre el suelo, sostenía su corazón en las manos, y comía de él. Dije: "¿Está bueno, amigo?" "Está amargo, amargo" contestó; "pero me gusta, porque es amargo y porque es mi corazón"

"Los Oscuros Jinetes y Otros Versos" ( 1895 ) Stephen Crane