4.11.06

Óscar y Manolo vía C. ( a.k.a. Don P. )

Para empezar, agradecer a C. que anoche me pasase la copia del escrito de Tvsqvets que tanto me gustó. Tanto que se ha merecido posteo propio, y aquí está:

" . . . De todos los diseños ligados a este juego gratuito, no funcional y a veces trágico que es el erotismo, uno me parece absolutamente sublime, el de los zapatos de tacón alto. De cuando en cuando aparece algún doctor nórdico, especialista anatómico en locomoción, advirtiendo del peligro del uso continuado de este calzado y de lo inadecuado de su diseño. Naturalmente, no está proyectado para caminar y menos para correr, sino para ponernos calientes; no es cómodo ni anatómico, es un calzado absurdo, o mejor, no es un calzado, es una peana maravillosa para una escultura, la divina base del divino Michelangelo para la estatua ecuestre de Marco Aurelio en el Campidoglio, pero en este caso para una estatua viviente por lo que no podemos analizar su diseño sin analizar su relación con el cuerpo en movimiento que soporta. Los zapatos de tacón de aguja no sólo hacen parecer más alta a la mujer, alargan sus piernas y levantan su trasero, sino que la valiente que se encarama sobre ellos está en constante equilibrio inestable, forzada, para no caer hacia adelante o torcerse un tobillo, a tener en tensión sus músculos gemelos lo que dilata su pantorrilla, auténtica piedra angular de la fachada posterior de una pierna, de la misma forma que la rodilla lo es de la fachada frontal. Si disfrutamos de un punto de vista algo bajo, qué paroxismo es ver alejarse a una mujer con este imperceptible temblor eléctrico producido por sus músculos en tensión, como los brazos de un levantador de pesas pero con efecto del todo opuesto, como una bailarina de puntillas. Para este sublime suplicio, los diseñadores han ido depurando una forma que ha llegado a tal estado de perfección, que acepta variaciones mínimas de proporción y pocos ornamentos. Es un diseño modélico, insuperable, como la forcola, el apoyo del remo en las góndolas venecianas, y si no aparece en los tratados de diseño es por puritanismo bauhausiano, aunque sea absolutamente moderno, y uno de los poquísimos objetos que nunca han sido tan bellos y perfectos como en la modernidad . . . "

Óscar Tusquets - Pavos Reales y Zapatos de Tacón Alto
Ahí queda eso... con tres manolos para ilustrar y el compromiso autoadquirido de invitar esta noche, después del cenorro, a un gintónic ( brugal+cola, en su caso ) al colega C. por su valiosa aportación.